Por ello, quiero ayudarte y acompañarte a que disfrutes de esa fortuna, tal como lo hice yo.
Con solo 4 años de edad, comenzó todo…
Jugaba con luces de colores simulando que podía hablar con ellas, incluso hasta llegué hacerlo con mi abuela que nunca conocí, pues, esas luces me guiaban en ocasiones hacia mis padres o personas, para alertarlos de algo que iba a pasar. Sin poder entender absolutamente nada, lo hacía con la inocencia de niña que me arropaba. Con el paso del tiempo, sucedían cada vez menos estas situaciones, desvaneciendo poco a poco mi gran poder de intuición.
Desde muy pequeña tuve la disposición y facilidad de hablar en público, pues liderar y organizar eventos con ímpetu, era donde más me destacaba; para conectar personas, gestionar relaciones públicas, ser oradora, y hasta desarrollar planes de venta de una manera ingeniosa y acertada, con muchos sueños y anhelos por cumplir.
Me visualizaba grande, rodeada de personas en un entorno comunicacional fructífero, ya que, a las personas les agradaba mi personalidad alegre, extrovertida y llena de energía.
Dios me regaló el don de la palabra y por ello, siempre me buscaban para pedirme un consejo o recomendación sobre situaciones de la vida en general.
